Las llaves

Me resulta curioso cómo en muchas ocasiones damos consejos que no podemos seguir. En lo personal me considero alguien que sabe escuchar y dar consejos sensatos, aunque no siempre logro aplicarlos a mi vida. Tenía ya varios meses sin publicar, y digo sin publicar porque constantemente me encuentro escribiendo en libretas, pero por alguna razón no logro publicar esos textos, muchos de los cuales quizás les resultarían bastante densos. Finalmente hoy, el día 2 del segundo mes del año, logré liberarme de esa presión que yo misma me pongo al pensar que lo que escribo no es lo suficientemente bueno o interesante. Irónico, pues el consejo que más le doy a mis amigos es que hagan lo que su corazón les pida, sin importar el qué dirán, cómo les dije antes, no soy la mejor siguiendo mis consejos.

Y después de esta larga introducción justificando mi ausencia, quiero continuar tocando un tema que ha estado rondando mi cabeza por al menos un par de semanas. Algo que me gustaría llamar “El síndrome de las llaves en las manos”. Ajá, así. ¿Qué pasa cuando estamos apurados y tenemos mil cosas rebotando en la cabeza mientras preparamos el primer café por la mañana, nos aseguramos de apagar la estufa, cerrar bien el frasco de perfume, ponernos los zapatos y ver constantemente la hora en el celular mientras entran notificaciones y el pulso se nos acelera porque ya vamos tarde? Es muy fácil distraernos y pasar por alto cosas tan obvias cómo buscar las llaves cuando las tenemos en las manos. Algo que tenemos en frente y no logramos ver.

He pensado mucho en las similitudes que tiene esta situación con todo en nuestra vida. Much@s de nosotros estamos tan enfocados en el trabajo, algún problema, o incluso en nuestra pareja o familia, que olvidamos lo importantes que somos. Nos vemos todos los días al espejo y no logramos ver realmente lo importante que es cuidarnos a nosotros mismos.

Lo he mencionado en otros posts y lo repito ahora, personalmente, durante mucho tiempo busqué que mi pareja llenara un vacío que sentía en mi, cuando la única que podía llenar ese espacio en blanco era yo. Nadie puede darme algo que si lo analizamos bien, ya tengo en mis manos, así como las llaves.

He leído infinidad de libros de autoayuda, sobre amor y relaciones, sobre cómo superar una ruptura, y la lista sigue… Pero lo que no te dice nadie es que ningún libro te dará una receta mágica para dejar de sentir dolor o sobre cómo llenarte de amor propio. Porque si bien les digo que doy buenos consejos y leo buenos consejos, nada de eso funciona si tú no decidís aplicarlos.

Estos últimos meses del año 2019, yo Stephanie, toqué fondo en muchos aspectos de mi vida. Llegué a un estado físico y mental en el que no me sentía a gusto. Me sentí muy mal y creí que iba a ser incapaz de levantarme una vez más. Y lo que pasa es que yo necesitaba tocar fondo para darme cuenta de que tuve las llaves de mi vida siempre en las manos, y que estuve buscándolas en lugares en los que jamás las iba a encontrar. Así que hoy, aún imperfecta, aún sin aplicar muchos de mis consejos, perdiendo las llaves de vez en cuando (porque soy humana y todos las perdemos a veces), les digo que tocar fondo, fue lo mejor que pudo haberme pasado. Nadie sabe realmente qué tan fuerte es, hasta que se ve en una situación que demanda su fuerza. No se dejen intimidar por el dolor, ni por situaciones adversas. Recuerden que las llaves han estado todo este tiempo en sus manos, y que no hace falta buscar tanto para encontrarlas.

4 comentarios sobre “Las llaves

  1. Gracias por tomarte el tiempo de hacer lo que amas, sin duda habemos much@s que te admiramos demasiado, (Yo soy una de ellas)

    Necesitaba leer esto, necesitaba leer que tocar fondo a veces no es tan malo

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